Mois : avril 2024

Fue una reunión fabulosa en julio de 2019, con motivo del 80 aniversario del exilio de los republicanos españoles. Pierre vino hasta nosotros para grabar nuestros rostros, escudriñarlos con ojos tiernos. Rostros de anónimos, de exiliados republicanos españoles, de sus descendientes, rostros que cuentan la Historia y su recorrido.

A través del objetivo de su cámara, Pierre expresa toda su humanidad. Su sensibilidad artística se puede leer en cada mirada, cada boca, cada arruga, cada mano.

Fue amor a primera vista entre él y nosotros. Hablamos el mismo idioma, amamos a los mismos humanos. Los que, sin juicios ni vanidades, están siempre dispuestos a tender una mano cálida.

Llegó al 33 de la rue des Vignoles de París, fue allí, en este lugar mágico para él e histórico para nosotros, donde inició su labor artística. A través del caleidoscopio perspicaz y preciso de su arte, inmortalizó nuestras vidas y nuestros recuerdos.

Su exposición se llama: La sangre no es agua.

Pero hoy podemos decir que La sangre es lagrima. Medimos su ausencia y cuánto lo extrañaremos, vestido con su tierna sonrisa y su amabilidad.

Esperamos que tengáis el placer de conocerlo a través de sus fotografías y su exposición. Esperamos que en su memoria, y para que su mirada y su generosidad perdure, esta exposición encuentre un lugar honorable en los caminos del exilio.

Mientras tanto, os ofrecemos el sonido de su voz en una grabación y estos momentos inmortalizados con él en el 33 de la rue des Vignoles y de nuevo en Madrid o Lieja. Lugares donde siempre hemos tenido el inmenso placer de encontrarnos.

Hasta siempre maestro, siempre permanecerás en nuestros corazones y continuaremos nuestro camino contigo a nuestro lado.

Ce  fut une rencontre fabuleuse en juillet 2019, pour les 80 ans de l’exil des Républicains. Pierre est venu à nous pour graver nos visages, scrutés d’un oeil tendre. Visages d’inconnus, exilés républicains espagnols et leurs descendants, ils racontent l’Histoire et leur parcours.

Pierre exprime toute son humanité au travers de l’objectif de son appareil. Sa sensibilité d’artiste se lit dans ces regards, ces bouches, ces rides, ces mains…

Ce fut un vrai coup de foudre entre lui et nous. Nous parlions le même langage, nous aimions les mêmes humains. Ceux qui, sans jugement ni vanité, sont  toujours prêts à tendre une main chaleureuse.

Il est venu au 33 rue des Vignoles à Paris, c’est là, dans ce lieu magique pour lui et historique pour nous, qu’il  a entrepris son oeuvre d’artiste. À travers le kaléidoscope avisé et précis de son art, il a immortalisé nos vies et nos mémoires.

Son exposition s’appelle: La sangre no es agua.

Mais aujourd’hui nous pouvons dire que La sangre es lagrima. Nous mesurons son absence, et combien il va nous manquer, habillé de son sourire tendre et de sa bienveillance.

Nous espérons que vous aurez toutes et tous le bonheur de faire sa connaissance, au travers de ses photos et de son exposition. Nous espérons qu’en sa mémoire, et pour que vive son regard et sa générosité, cette exposition trouvera une place honorable sur les chemins de l’exil.

En attendant, nous vous offrons le son de sa voix récitante et ces moments immortalisés avec lui au 33 rue des Vignoles et encore à Madrid ou à Liège. Lieux où toujours nous avons eu l’immense bonheur de nous retrouver.

Adieu l’artiste, tu resteras toujours dans nos coeurs et nous continuerons notre route avec toi à nos côtés.